Testimonios
Me llamo Ilan, y para la ceremonia de mi Bar Mitzvá voy a leer la Parashá Nitzavim – Vaielej que está en el libro Dvarim (Deuteronomio) de la Torá.
La Parashá Nitzavim (firmes) habla del pacto entre Hashem y el pueblo judío para todas las generaciones, pero el pueblo eligió el mal y empezó a creer en otros dioses. Por otro lado, aparece el ejemplo de elección de Ioshua Ben Nun, el cual elige el buen camino y es el sucesor de Moshé. La Parashá explica el libre albedrío: «Mira, pongo ante ti hoy, la vida y lo bueno, la muerte y lo malo… Y elegirás la vida».
La Parashá Vaiélej (y él fue) recuenta los eventos del último día de la vida de Moshé, en donde transfiere el liderazgo a Ioshúa, y escribe la Torá en un rollo que deja en manos de los Leviím para ser guardado en el Arca del Pacto. Moshé explica que cada siete años, todo el pueblo judío debe reunirse en el Templo de Ierushaláim, donde el rey debe leer la Torá frente a ellos. Moshé concluye con la predicción de que el pueblo judío se apartará del pacto con D`s, causando que D`s se oculte, pero también con la promesa de que las palabras de la Torá «no serán olvidadas de las bocas de tus descendientes».
Me interesó mucho el tema de la libertad de elección, que aparece en los siguientes Psukim:
“A los cielos y a la tierra llamo por testigos hoy contra vosotros, que os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia; amando a Hashem tu Dios, atendiendo a su voz, y siguiéndole a él; porque él es vida para ti, y prolongación de tus días; a fin de que habites sobre la tierra que juró Hashem a tus padres, Abraham, Itzjak y Iaakov, que les había de dar”. (Dvarim capítulo 30, Psukim 19 y 20).
Elegí este tema porque la elección es algo muy común en el día a día y me sentí identificado. La Torá cuenta que hay veces que el pueblo judío eligió el mal aunque podía elegir el bien, como por ejemplo cuando empezaron a creer en otros dioses, o cuando hicieron el becerro de oro. Yo veo el tema de la elección en mi vida cotidiana, porque yo elijo día a día cada paso de mi vida, y más ahora que soy Bar Mitzvá y tengo mayor responsabilidad sobre mis acciones. Entiendo que no hay un destino prefijado, por eso existe el libre albedrío.
En mi vida cotidiana, por ejemplo, yo elijo el bien en darle mi asiento del colectivo a una señora mayor o en sentarme a estudiar (aunque ahora no me guste pero sé que es lo correcto para mi futuro). También elijo hacer la preparación y la ceremonia de mi Bar Mitzvá. Esta fue una decisión propia, aunque primero mis papás me incorporaron a la religión y yo elegí seguirla, y voy a continuar siguiéndola en el transcurso de mi vida.
Para mí, elegir la vida es esforzarme en cada cosa que hago, siempre ir por el buen camino (el de la Torá y cumpliendo las Mitzvot) y buscar el bien, tanto para mí como para las personas a mi alrededor, intentando día a día ser mejor persona en los mínimos detalles.
Me propongo para el futuro seguir eligiendo el bien, tomando buenas decisiones, seguir el camino de la Torá con responsabilidad como Bar Mitzvá, intentar día a día mejorar en los detalles, y contarles a mis generaciones siguientes que hay que pensar en cada decisión y siempre elegir la buena decisión y el buen camino. Específicamente, me propongo a prestar más mis cosas al que lo necesita, ayudar más en mi casa, sentarme más a estudiar, y ser solidario al momento de compartir algo.