Testimonios
Me llamo Mijal, y para la ceremonia de mi Bat Mitzvá voy a leer la Parashá Ki Tetze, que está en el libro Dvarim (Deuteronomio) de la Torá. Este libro relata el último discurso de Moshé al pueblo de Israel antes de su muerte y antes de que el pueblo entrara a la Tierra Prometida. En mi Parashá, aparecen 74 de las 613 Mitzvot. Moshé explica el procedimiento para que el hombre judío se case con una mujer de los contrarios, en caso de guerra. Explica el procedimiento con un hijo rebelde. También habla de que el hijo primogénito hereda de su padre las riquezas, sin importar de qué esposa sea (la odiada o la amada). Menciona que hay que cuidar las cosas ajenas, respetando las propiedades del otro; no se admite que el hombre se vista de mujer y la mujer de hombre; menciona los Tzitzit (flecos en las cuatro puntas del manto). Los ancianos son los que realizan los divorcios y así las personas pueden volver a casarse. Una pareja que se divorcia puede volver a casarse, pero si en el segundo matrimonio también se divorcia, no puede volver con el primero. La Parashá incluye procedimientos judiciales, otras leyes humanitarias, sanitarias, de purificación y concluye con la obligación de recordar «lo que Amalek te hizo en el camino, cuando salían de Egipto».
El tema que más me interesó fue el de cuidar la propiedad ajena, que aparece en los siguientes Psukim:
1) “Si ves extraviado el toro de tu prójimo, o un animal de su rebaño, no te desentiendas del mismo, sino llévalo enseguida a tu prójimo”.
2)»Si tu semejante no está cerca de ti, o tu no lo conoces, deberás llevarlo a tu casa y tenerlo allí hasta que tu prójimo lo identifique y entonces lo devolverás”.
3)“Del mismo modo deberás proceder con su asno, con su ropa o con cualquier objeto que alguien pierda y tú lo encuentres. No te hagas el desentendido”.
4)“Si ves el burro de tu prójimo o su toro caídos en el camino, no los ignores: ayúdalo a levantar”.
Elegí este tema porque se relaciona con la Mitzvá »amarás a tu prójimo como a ti mismo»; me preocupo por las cosas del otro como si fueran las mías. Si vos cuidás las cosas del otro, después te van a cuidar a vos tus cosas. No sólo con las cosas, sino que si yo cuido del otro, el otro también cuidará de mí. A veces me pasa que me prestan algo y yo siempre trato de devolverlo como me lo dieron, y así cuando yo presto algo también, espero que me lo puedan devolver como se lo di. Me pasó una vez, que yo presté un útil y no me lo devolvieron, yo necesitaba usarlo y tuve que ir incómoda a pedir que me lo devuelvan. Cuando alguien me presta, por ejemplo, un útil, yo se lo devuelvo después que lo termino de usar para que la persona que me lo prestó no se sienta incómoda o avergonzada de pedírmelo.
La Torá, en esta Parashá, enseña que hay que cuidar y hacerte responsable con las cosas ajenas. Pero antes que eso tengo que hacerme responsable de lo mío. Por ejemplo: hacerme responsable de ser puntual, de ordenar mi cuarto, de levantar las cosas de la mesa, de levantarme sola a la mañana. Si se me cae algo, poder levantarlo yo y no que venga otro a levantarlo. También poder hacerle un favor al otro para que pueda confiar en mí. Y cuando hago algo mal, responsabilizarme por mis actos. Entonces, aprendo de mi Parashá, primero a hacerme responsable con mis cosas, y luego a cuidar y responsabilizarme con el otro y las cosas del otro.