PARASHAT SEMANAL

La Parashat Ki Tavo continúa enunciando varias de las cosas para las que tenía que prepararse el Pueblo de Israel cuando llegara finalmente a la Tierra Prometida. Uno de los más importantes era un ritual de gratitud, el «vidui bikkurim» que consistía en recolectar los primeros frutos y llevarlos al Templo enunciando la siguiente historia: “Mi padre fue un arameo errante quien tuvo que escapar varias adversidades hasta llegar a Egipto, donde fueron esclavizados por muchos años, hasta ser liberados y luego tener que recorrer un largo camino por el desierto. Luego de cuarenta años llegaron a esta tierra, la que ahora me dio a mi estos frutos.“

El Vidui Bikurim, funcionaba reconociendo en el momento de mayor satisfacción (al ver que la tierra que tanto trabajo había dado estaba entregando sus primeros frutos), recordar la historia. Tener presente que aquellos frutos no llegaron sólo por que esa persona trabajó la tierra, si no porque hubo un camino recorrido, con esfuerzos y con sudor desde muchas generaciones anteriores.

Hoy en día, en nuestra Comunidad, aunque mayoritariamente no trabajemos en el campo ni estemos en la Tierra de Israel, podemos hacer nuestro propio Vidui Bikurim. En cada uno de nuestros logros, al obtener los “primeros frutos”, debemos recordar nuestra historia. Una historia que empezó mucho antes que nosotros. Que tuvo muchos viajes y caminos. Que implicó muchos esfuerzos. Y a partir de esa historia, ejercitar la gratitud porque agradecer es recordar de dónde venimos.

A pocos días de terminar un año y empezar uno nuevo, desde el Centro Hebreo Ioná deseamos que podamos seguir recorriendo juntos este camino. Para recordar de dónde venimos, valorar nuestro presente y soñar con un mejor futuro para todos y todas.

Shabat Shalom