PARASHAT SEMANAL

La Parashá de esta semana comienza diciendo: «VaIerá HaShem Elav BeElonei Mamre» (Y se le apareció a Abraham Dios en el encinar de Mamré). ¿Quién era Mamré?

El midrash cuenta que Abraham tenía tres amigos: Aner, Eshkol y Mamré. Cuando D´s se le apareció a Abraham y le habló de practicarse el brit milá, él fue a pedirle consejo a sus tres amigos. Aner, le dijo: «¿¡Estas loco!? Vas a lastimarte y cuando vengan tus enemigos a perseguirte no vas a poder escaparte». Eshkol, le respondió: «Sos viejo ya. No vas a poder soportar el brit milá». Mamré, por último, le dijo: ‘Cumple con la voluntad de D´s, que Él sabrá como protegerte».

Abraham siguió el consejo del tercero. Se circuncidó a la edad de noventa y nueve años y circuncidó a su hijo Ishmael cuando este tenía trece años. La misma Torá lo dice: «Primero se circuncidó él, luego circuncidó a Ishmael y luego a todos los varones de su casa».

Pero, cabe preguntarse: Si Abraham tenía que practicarle el brit milá a todos los hombres de sus casa…¿No hubiera convenido que se circuncidara último? Abraham, el hombre de la buena retórica, quien podía convencer a todos por el arte de su palabra ¿Con qué fuerza iba a convencer a los hombres de su casa con el dolor que llevaba a cuestas?

Ocurre que el hombre de la palabra convincente entiende que hay un punto en el cual las palabras no alcanzan y hay que educar con el ejemplo. Los ejemplos hablan más fuerte que las palabras.

De una u otra forma, todos somos Abraham. Todos en algún momento debemos tomar la iniciativa y servir como ejemplo para alguien. Podemos ser ejemplos como Rabinos, como maestros, como dirigentes, como padres o madres e incluso como hijos e hijas. Si queremos que alguien nos siga, que alguien nos escuche, debemos ir adelante y hacerlo a sabiendas de que somos referencia para otros.

Un ejemplo, vale más que mil palabras, ya que «el ejemplo» mueve a la acción y las palabras no siempre lo hacen.

Es el deseo desde el Centro Hebreo Ioná que quiera D´s inspirarnos y dotarnos de fuerza para que podamos ser hombres y mujeres de iniciativa contagiando a nuestro prójimo con nuestra voluntad, nuestros ejemplos y nuestra fuerza.

¡Shabat Shalom!