Testimonios
Me llamo Matías y voy a leer la Parashá Koraj, que está en el libro Bamidbar (Números). Esta Parashá cuenta que Koraj se puso en contra de Moshé y empezó a juntar gente para enfrentarlo. A este motín se sumaron Datan y Aviram, y 250 hombres. Koraj estaba celoso de Moshé porque quería estar en su lugar. Se enfrentó a Moshé, pero Koraj y también los que estaban con él fueron tragados vivos por la tierra, como castigo de Hashem. También cuenta la Parashá que Koraj, Datan y Aviram pensaban que Aharón no tenía derecho a ejercer como Kohen Hagadol. Entonces Hashem ordena a Moshé que en el Mishkan (tabernáculo) se pongan varas con los nombres de hombres de cada una de las tribus. Al día siguiente, floreció la vara de la tribu de Leví que llevaba escrito el nombre “Aharón”. Esto sirvió de demostración al pueblo de Israel de que Hashem le había encargado la tarea del sacerdocio a la tribu de Leví, y Aarón se quedó con el rango de Kohen Gadol.
Me interesó el tema del enfrentamiento, porque veo que no se llega a nada bueno peleándose y enfrentándose con el otro, sino hay que unirse y buscar la amistad.
Koraj era uno de los líderes levitas, pero en vez de aprovechar esto, prefirió enfrentar a Moshé y armar una rebelión contra él, por la envidia que le tenía, porque quería estar en el lugar de Moshé. Yo no comparto esto, ni me gusta enfrentar a los demás, aunque estoy creciendo y siento que de a poco ya puedo decidir, exponer y defender lo que pienso y mis ideas, que en algunos momentos me llevan a pensar diferente y distinto a los demás. Esto a veces me trae peleas o discusiones con otros, como con mis padres, familiares, amigos, pero, trato de resolverlo con charlas, explicaciones y no con peleas que no nos llevan a mí ni a los otros a nada bueno.
Pienso que hay que tratar de no pelear, buscar la unión, la amistad e ir todos juntos para un mismo lado para lograr un camino en común y que, como dice el dicho, no nos devoren los de afuera. Sería bueno ponerse en el lugar del otro para ver sus sentimientos y sus reacciones en situaciones difíciles o maltratos, de esa manera, en lugar de pelear, hay que escucharlo y ayudarlo en lo que necesite.
Para mí es importante también aceptar y valorar todo lo que uno tiene sin estar deseando ni queriendo lo que tienen los demás (como Koraj, que deseaba el rango de Moshé), ya que así no valoramos nunca lo nuestro, estamos pendientes del otro y lo más importante es que no logramos ser felices en nuestra vida. Solo aspiramos a tener lo mismo o más que lo que tiene la otra persona sin ver todo lo hermoso que nosotros tenemos y que Hashem nos brinda cada día. Pienso también que, con humildad y dedicación, uno logra lo que se propone y esto es lo que realmente debemos apreciar.
Hashem nos educa día a día con sus saberes y enseñanzas constantes, que debemos tomar, reflexionar y aplicar. Como personas, sociedad y como pueblo judío, debemos escucharlas y aprender de sus sabias palabras, seguir sus enseñanzas y aplicarlas a todos los órdenes de nuestra vida.